¿Qué es una decisión?

Con toda seguridad sabrás que es una “decisión” o en su defecto, lo que es decidir, y es que día con día, a cada minuto, tomas decisiones independientemente de si eres consciente de ello o no. También es seguro que reconozcas que las decisiones tienen un grado de importancia (reconoces esto en mayor o menor grado) dado que impactan directamente en tu vida y en la de los demás cerca de ti.

¿Pero sabes realmente qué es una decisión o su nivel de importancia?

Con lo anterior en mente te sorprenderá saber que una decisión no es más que una apuesta; sí, como lo leíste, una apuesta.

No te apresures en juzgar esa definición de decisión puesto que hay una razón de peso para decirlo y es que cuando comprendes que una decisión es realmente una apuesta tu mente comenzará a tomar las decisiones con mayor seriedad y es que como sabrás una apuesta lleva consigo un costo de no resultar como se espera.

Es posible que caigas en el engaño de asumir que la palabra decisión se sobre entiende dada la familiaridad que tenemos con el tomar decisiones pero esta familiaridad pudiera estar auto engañándonos o generándonos la ilusión de entender lo que es y para no caer en esta falsa comprensión analicemos los factores involucrados en la toma decisiones así como en lo que es la decisión misma.

Si desentrañamos la acción de decir y los factores con los que se interactúa a la hora de decidir podremos obtener los siguientes conceptos clave:

  • Decisión
  • Opciones
  • Resultado
  • Azar

La decisión misma es la elección de alguna de las opciones a la que apostamos por cualesquier razón; las opciones es el conjunto de formas posibles de resolver algo u obtener algo o ese algo por lo que se desea decidirse. El resultado es la conclusión a la que se llega tras darse la decisión y esta puede ser lo esperado o no (o un matiz entre lo esperado e inesperado). Y finalmente el azar, que es todo aquello que puede entrar en juego, y que no esperamos, y que puede arruinar nuestra decisión o potenciarla, o también pudiera influir indirectamente en el resultado, para bien o para mal, independientemente de si la decisión es buena o mala.

Cuando tomas una decisión lo que estas haciendo en realidad es analizar una situación dada y de acuerdo a ese análisis pronosticas probables resultados, todo esto con el conocimiento limitado que tienes en tus manos en ese momento, así que con lo anterior en juego y viendo el mejor escenario, a tu manera de ver las cosas, eliges la opción con mayor probabilidad de resultar como tu deseas que resulte. Así es como “tomas tus decisiones”, pero el resultado esperado pudiera no darse, sin embargo en el momento de la toma de decisión no puedes saber con certeza si el resultado esperado se dará o no.

Quien tiene la información tiene la ventaja, pero ojo, tener la ventaja solo significa que se tiene una probabilidad a favor, pero no el 100% de la probabilidad, así que aún así, y a pesar de tener información, no hay garantías de que una decisión resultará como se espera. Y por el contrario, una persona que tome una mala decisión, sin reconocer la existencia de información que pudiera ayudarle a la toma de decisiones informadas, no necesariamente resultará en lo opuesto a lo esperado y esto se debe al azar o a lo que conocer como suerte.

Pero nunca debes dejar tu toma de decisiones, es decir tu vida, a la suerte, recuerda que siempre será mejor apostar a un buen proceso de toma de decisiones, pues con un buen proceso aumentarás tus probabilidades de obtener mejores resultados en la toma de decisiones y por tanto aumentarás la probabilidad de mejorar tu vida.